Cómo cuidar la transmisión de tu motor fuera de borda y evitar reparaciones costosas
Si usas tu lancha para pescar, transportar personas o disfrutar de las actividades náuticas, sabes que el motor es el corazón de tu embarcación. Pero hay una parte clave que muchas veces se pasa por alto: la transmisión. Cuidarla no solo evita dolores de cabeza, también te ahorra dinero y prolonga la vida útil del motor.
¿Por qué es costosa una reparación de transmisión?
La transmisión de los motores YAMAHA está hecha con materiales de alta tecnología y precisión extrema. Repararla implica reemplazar componentes como el eje propulsor, los piñones o la carcasa, que pueden representar hasta el 16% del costo total del motor. Y eso sin contar los costos indirectos: más consumo de combustible, paradas imprevistas, pérdida de ingresos y hasta clientes insatisfechos por fallos inesperados.
¿Cómo funciona la transmisión?
La transmisión se encarga de llevar la potencia del motor al agua, a través del cigüeñal y la hélice. Si alguno de sus componentes falla, el empuje se reduce y el rendimiento del motor se ve afectado. Por eso, es clave que todo esté en buen estado: desde los cojinetes y sellos hasta el embrague y los piñones.
Errores comunes que acortan su vida útil
Muchos problemas surgen por errores de operación. Aquí algunos que debes evitar:
- Cambie de marcha bruscamente con el motor encendido.
- No revise visualmente el estado de las piezas.
- Encienda el motor muy cerca de la orilla.
- Usar aceites con especificaciones incorrectas o en cantidades inadecuadas.
- Operar con hélices dañadas o partes faltantes como rejillas o aletas ánodo.
También hay errores en las intervenciones mecánicas que pueden salir caros:
- No cambiar las arandelas de ajuste correctamente.
- Usar herramientas inadecuadas.
- No validar el contragolpe tras mantenimiento.
- Usar repuestos no genuinos o reparados.
- No reemplazar los sellos después de una intervención.
Señales de alerta que no debes ignorar
Tu motor te habla, y hay que saber escucharlo. Estas son algunas señales que indican problemas en la transmisión:
- Hélice con juego o roce.
- Dificultad para engranar los cambios.
- Vibraciones o ruidos extraños como chirridos o silbidos.
- Perdida de aceite.
- Aceite quemado, lechoso o con limalla al cambiarlo.
- Sobre revoluciones o pérdida de potencia.
- Falta de salida de agua por el sistema de refrigeración.
Ante cualquiera de estas señales, lo mejor es acudir a un técnico especializado. Actuar a tiempo puede evitar daños mayores.
Conclusión: cuidar la transmisión es cuidar tu inversión
La transmisión es una parte delicada y vital del motor fuera de frontera. Inspeccionarla a diario, hacer mantenimientos periódicos y usar lubricantes certificados como TRANSMILUBE son prácticas que marcan la diferencia. Además, evita repuestos reparados o no originales: pueden parecer más baratos, pero a la larga salen más caros.
Recuerda: una transmisión bien cuidada te da más horas de navegación, menos gastos y más tranquilidad en el agua .

